LOSTAO STORIES | TRANSCRIPCIÓN EPISODIO 16

Protector solar, un aliado para el cuidado de tu
piel

Ana Puelles Lostao / Presentadora
Estefanía Nieto / Invitada entrevistada

Bienvenidos al podcast de Lostao, un espacio en el que te presentamos el mundo de la estética de la mano de grandes profesionales para que aprendas a cuidarte de la mejor manera.  Lostao te abre las puertas de su casa para que encuentres el lugar que buscas. Yo soy Ana Puelles y te doy la bienvenida, ¿empezamos?

Con la llegada del verano, el sol y las altas temperaturas, la venta de productos con factor de protección solar se dispara en todo el mundo. Muchas veces no somos conscientes de la importancia que tiene protegernos del sol, y este hecho desde luego lo demuestra. Los últimos estudios confirman que casi el 40% de las mujeres no utilizan factor de protección solar a diario. Y no vamos a hablar de los hombres, porque en este momento se dispara la cifra. Hoy analizamos en profundidad todo lo que debes saber sobre los fotoprotectores solares, porque tu bronceado no depende de si te proteges o no del Sol.

A.P. Hoy nos acompaña Estefanía Nieto, directora del Departamento Técnico de Pure Skincare, para hablar en profundidad de todo lo que comporta el hecho de que nuestra piel esté expuesta al sol. Hola, Estefanía, bienvenida. Muchísimas gracias por estar aquí hoy conmigo, por compartir tu tiempo y sabiduría con nosotros. Así que de verdad bienvenida y espero que disfrutes tanto como yo en este ratito.

E.N. Muchas gracias, Ana.

A.P. Pues nada, vamos a ello. Y antes de ponernos serios y en un país donde el sol brilla intensamente, ¿qué beneficios tiene la radiación solar para nuestro organismo a nivel general?

E.N. Bueno, es difícil encontrar beneficios, pero yo me centraría sobre todo en esa síntesis de vitamina D. Al final, el trabajar esa producción de vitamina D nos va a permitir mantener nuestros huesos fuertes, sanos y también un poco el bienestar emocional. También la sensación de bienestar que nos produce exponernos al sol y pasar un ratito más agradable.

A.P. Es verdad que nos anima, ¿verdad? El buen tiempo y las largas y altas temperaturas nos animan a todos. Pero ahora sí, ¿cuáles son las consecuencias que tiene el exceso de sol o tomarlo sin la fotoprotección adecuada? Porque es un tema realmente serio y del que yo creo que muchas veces no somos muy conscientes todavía. Y a pesar de que parece que insistimos muchísimo en este tema, todavía no somos conscientes al 100% de estos efectos que puede tener el sol sobre sobre nosotros.

E.N. Sí, y además son muchos, eh. Y cuesta ver algunos, porque hasta que no pasa un tiempo y no nos exponemos mucho al sol, no somos realmente conscientes del daño que hemos generado. Pero de primeras empezamos por esa deshidratación. Notamos que nuestra piel está mucho más deshidratada, la barrera está comprometida, hay un aumento de la producción de melanina y por lo tanto hay una pigmentación, esas manchas que tanto nos preocupan después. También todo lo que es ese daño, las proteínas, el colágeno, la elastina, todo lo que conlleva esa firmeza. Realmente se dañan esas proteínas con la exposición solar. O sea que podríamos decir que se produce un fotoenvejecimiento en el tejido, un envejecimiento mucho más acelerado de lo normal. Y luego ya lesiones mucho más graves, como un melanoma, que puede causarnos un problema de salud mucho más serio.

A.P. Sí, muy importante. Además, juega a nuestro favor que afortunadamente los otros protectores han cambiado su textura, su apariencia, su acabado… Ya no tenemos ese inconveniente que nos daban a veces los filtros físicos de ese acabado blanco, esas texturas imposibles. Cuéntanos un poco de una manera fácil para que todos entendamos los tipos de filtros, o más bien la diferencia entre un filtro físico y un filtro químico. Y si hay alguna ventaja del uno sobre el otro o algún inconveniente.

E.N. Pues mira, como bien dices, han evolucionado mucho estos filtros solares. Hoy en día ya es muy agradable aplicarse un protector solar. Por norma general, para explicar un poquito cómo funcionan: un filtro físico tiene una capacidad de reflejar la luz, pero tan solo refleja un 5% de la radiación que nos llega, con lo cual la otra parte pasa a nuestra piel, pero transformada en otro tipo de energía en calor para que no nos dañe. Y un filtro químico transforma esa energía directamente, no tiene esa capacidad de reflejar la luz. Al final depende un poquito la elección de nuestro tipo de condición de piel ,que nos limita el poder utilizar un producto u otro. Pero realmente ambos filtros son eficaces a la hora de poder protegernos de los diferentes tipos de radiación, que realmente es lo más importante. Y como ha evolucionado todo, tenemos filtros físicos súper agradables, con texturas muy fluidas que ya no dejan esa capa blanca y filtros químicos que se toleran mucho mejor, incluso por pieles sensibles, y que además nos permiten una fotoestabilidadm, ya que están más preparados para mantener sus funciones y para no desestabilizarse con la luz solar.

A.P. Sí, es verdad, es verdad. A nivel general recomendaríamos, si estás de acuerdo, un filtro físico como norma general en pieles muy, muy, muy sensibles, con mucha intolerancia o muy alérgicas y en niños. El resto, creo que todos los tipos de piel hoy toleran perfectamente un filtro químico. ¿Es así?

E.N. Sí, exactamente. Excepto pieles muy reactivas o por ejemplo, en procesos de peel skin, de fotorejuvenecimiento, donde sí necesitamos crear ese efecto un poquito más de barrera. El resto ya, por norma general, se toleran perfectamente los filtros químicos de nueva generación.

A.P. Es verdad. A menudo vemos en comunicación o marcas productos con factor de protección solar 90, 100 e incluso 130. Me gustaría que nos explicaras un poco qué parte es realidad y qué parte es marketing en estos filtros tan elevados, porque creo que a veces puede llevar a un error grave al consumidor.

E.N. Sí, sobre todo lo primero que habría que entender es que ese factor de protección solar, ese SPF del que hablamos, realmente está diseñado para protegernos de la radiación UVA. Ahora hablaremos un poquito más de ello, pero realmente lo que bloquea es esa parte de quemadura solar, y entre un factor 30 es un 96,7% de protección de esa radiación, un SPF 50, que ya damos un salto bastante grande, tan sólo nos protege un 98,3%. O sea que realmente hay un incremento mínimo, un incremento de un 2,4%. De ahí en adelante la diferencia es mínima. Realmente es más una estrategia de marketing. Lo realmente importante, desde mi punto de vista, es reaplicar el factor de protección solar de manera constante. Eso es lo que nos va a garantizar que estemos bien protegidos, más que un factor 50 o factor 90.

A.P. Estos factores tan altos a veces creo que al consumidor final le pueden llevar a este error, porque aplican un factor 130 y creen que están muchísimo más protegidos que con un factor 30 o un factor 50 y no reaplican. Y eso de verdad que es algo muy, muy importante y de lo que tenemos que ser todos conscientes. A raíz de esto, una pregunta también bastante habitual a la que nosotras nos enfrentamos es cuando nos dicen: “no estoy expuesta al sol, el día está nublado, trabajo en la oficina, voy siempre por la sombra…”, como en nuestro día a día. Háblanos un poquito sobre los distintos tipos de radiación y cuáles son las que siempre están presentes. Y a nivel general, ¿qué daños o beneficios nos da cada uno?

E.N. Pues mira, primero tendríamos la radiación UVB. La radiación UVB, para que todo el mundo pueda entenderlo, es la responsable de ese bronceado inmediato, de ese enrojecimiento. Es esa radiación que puede quemar nuestra piel. Sentimos la sensación de calor y sentimos cuando se intensifica. En esta radiación siempre nos fijamos en ese SPF que hemos comentado. Después tenemos la radiación UVA. Este tipo de radiación penetra a niveles más profundos de nuestra piel y es la responsable del foto envejecimiento. No se siente, no notas esa sensación de calor y es muy importante protegernos de ella porque está presente todo el año. Es más o menos el 95% de la radiación que llega a la Tierra. Y da igual que haya un día nublado, que estemos detrás de un cristal… Ese tipo de radiación penetra incluso a través de los tejidos y siempre va a ser la misma. Da igual que estemos en verano o que estemos en invierno. En cambio, la radiación UVB nos condiciona mucho la época del año en la que estemos y donde vivamos. Pero la radiación UVA, que es la responsable de ese foto envejecimiento, está siempre con nosotros y además es un daño invisible que decimos. Y luego ya tenemos los infrarrojos, la luz azul, otro tipo de radiación y de agresiones contra las que también tenemos que luchar. Tenemos que pensar que nuestro protector solar no solamente nos tiene que proteger de la radiación solar, sino también de todas las agresiones medioambientales que tenemos a nuestro alrededor.

A.P. Es verdad, es verdad que al final hacen una barrera contra el medio externo y eso hace que nuestra piel esté en muchas mejores condiciones. Está clarísimo.

A.P. Un error también muy común es la cantidad de producto. Cuando un cliente viene y nos dice: “me queda foto protector del año pasado”, ahí algo ha ocurrido, Estefanía. No hemos puesto la cantidad adecuada. Un foto protector no puede durarnos un año.

E.N. Exactamente, aunque tenga estabilidad el producto, no debería. Realmente la cantidad es difícil, porque utilizamos muy poquita y tendemos a prescindir un poquito de este producto. Lo ideal sería aplicarnos dos dedos, el índice y el corazón, y que depositemos el producto creando una línea que vaya desde la zona de la uña hasta el interior. Que sean dos líneas perfectas. Ahí tendríamos la cantidad de producto suficiente. Y siempre yo insisto mucho en llegar bien a la zona del contorno del cabello, a la zona de las orejitas, de la nuca… Zonas que normalmente están totalmente desprotegidas.

A.P. La raíz del cuero cabelludo. Se ve muchísima pigmentación en aquella zona. A veces, por no mancharnos el pelo no nos acercamos lo suficiente a esas zonas y es habitual ver un dedo justo encima de la raíz del cuero cabelludo, alrededor de la frente, cuando a lo mejor el resto de la piel no está tan pigmentada. Y además de la cantidad y de la repetición del producto, es muy importante el orden. Porque, ¿en qué momento de nuestra rutina aplicamos el fotoprotector, Estefanía?

E.N. Pues el fotoprotector siempre tiene que ir al final del tratamiento. Podemos aplicar nuestro sérum, nuestra crema hidratante -si fuera necesario-, y encima el protector solar. Si llevásemos maquillaje que lleva filtro solar, hay que aplicarse antes el protector. Porque al final no tiene la misma calidad de protección o la seguridad que tiene un protector solar. Entonces, siempre habría que poner el protector solar y encima el aporte de color, si quisiéramos. Siempre va a ser la última capa que cree esa protección en nuestra piel.

A.P. Sí, porque muchas veces ocurre que hay clientes que mezclan su crema de tratamiento con el fotoprotector. Lo mezclan todo y se lo aplican. Y no somos conscientes de que eso hace bajar el índice todavía más. Entonces, a lo mejor de un filtro 30 pasamos a un filtro 10, que es casi como no ponerte nada. ¿Y cómo protejo mis ojos, además de usar gafas de sol?

E.N. Pues siempre con un producto específico. Yo también escucho mucho decir que la gente se aplica el fotoprotector solar y le lloran los ojos, que les molesta el producto. Entonces, creo una línea que deja alrededor del contorno una zona muy desprotegida. Realmente, esto ocurre porque los productos para rostro no siempre se adaptan al contorno de ojos. Aquí tenemos una zona mucho más delicada, que necesita otro tipo de texturas, de pesos moleculares… Y que tiene un ph diferente. Entonces, necesitamos un producto específico para el contorno del ojo, con el que busquemos ese respeto y tolerancia por esa zona tan delicada. Además, hoy en día ya tenemos filtro solar 30 con esa protección también a nivel medio ambiental diseñada para el contorno de ojos. O sea que ya no hay excusas.

A.P. Exacto, ya no tenemos excusas para aplicarlo al final. No deja de ser un paso sencillo más en nuestra rutina. Es aplicar dos dedos, aplicarlo bien y frecuentemente, sobre todo si estamos muy, muy expuestos. Y tiene que ser un paso que al final interioricemos y que no sea un añadido, sino que sea para mejorar la salud y la calidad de nuestra piel. A veces invertimos muchísimo en tratamientos, en nuestro suero, en nuestra crema… y luego al fotoprotector no le damos la importancia que se merece.

E.N. A mí hay una frase que me encanta, si me permites, para terminar. Siempre se la repito a mis clientes para que se conciencien un poco más. Y es que un bronceado es una cicatriz. Tendríamos que verlo como eso: protegernos para evitar esas cicatrices que al final se van a ir acumulando en nuestro tejido.

A.P. Y van a hacer un daño crónico que luego va a ser más difícil de revertir, eso está claro…

A.P. Pues mil gracias, Estefanía. Espero que hayas disfrutado y hayas estado a gusto, y que en otra ocasión también nos presetes tu sabiduría para hablar de otro tema.

E.N. Por supuesto, Ana. Muchas gracias a ti por contar con nosotros.