LOSTAO STORIES | TRANSCRIPCIÓN EPISODIO 14
¿Vas a casarte? Tratamientos para novias con y sin tiempo
Ana Puelles Lostao / Presentadora
Rebeca Tabernas / Invitada entrevistada
Bienvenidos al podcast de Lostao, un espacio en el que te presentamos el mundo de la estética de la mano de grandes profesionales para que aprendas a cuidarte de la mejor manera. Lostao te abre las puertas de su casa para que encuentres el lugar que buscas. Yo soy Ana Puelles y te doy la bienvenida, ¿empezamos?
Llega el buen tiempo y con ello abrimos las puertas a celebraciones, entre ellas, bodas. La preparación de la ceremonia es algo que lleva mucho tiempo, que implica tener en cuenta muchos puntos y cuidar diferentes aspectos. Con la novia pasa lo mismo: el gran día se acerca y hay que tener presentes diferentes detalles. Si eres tú la que se va a casar, tu amiga o un familiar, quédate. En este podcast resolvemos las primeras dudas sobre cómo hay que prepararse para casarse. Me acompaña hoy mi querida, Rebeca Tabernas, Weeding and Event Planner, y fundadora de Más Bodas X Rebeca Tabernas. Apasionada por el mundo de la imagen, organiza grandes eventos desde hace más de doce años. Con más de 300 bodas realizadas, asegura que el amor es el motor que mueve el mundo. Yo solo puedo deciros de ella, que además de ser una excelente profesional es una excelente persona a la que admiro, aprecio y respeto. Buenos días, Rebeca. Muchas gracias por estar aquí conmigo, por compartir este podcast. Sabes que es un proyecto que emprendo con mucha ilusión. Así que te agradezco que más en esta época, que es muy atropellada para ti, puedas estar conmigo hoy. Bienvenida.
A.P. Muchas gracias por estar aquí conmigo, por compartir este podcast. Sabes que es un proyecto que emprendo con mucha ilusión. Así que te agradezco que más en esta época, que es muy atropellada para ti, puedas estar conmigo hoy. Bienvenida.
R.T. Muchísimas gracias a ti, Ana, por invitarme y por estar contigo, que ya sabes que siempre es un placer y un lujo para nosotras.
A.P. Muy bien. Pues vamos a empezar por el principio, Rebeca. La organización de una boda implica muchos aspectos. ¿Qué ventajas nos proporciona contratar una wedding planner como tú?
R.T. La verdad es que hoy en día nuestro papel ya se conoce bastante. Creo que somos el último profesional que ha entrado en el sector nupcial y nuestra función era un poco desconocida hasta hace muy poco. Ahora hasta casi parece mal que yo cuente las ventajas y lo bien que hacemos las cosas los organizadores de boda. Pero si algo repiten nuestras clientas día a día, y sobre todo lo que comentan cuando pasa el gran día, es lo tranquilas que han estado, tanto en el transcurso de los meses y los preparativos, como sobre todo el día de su boda. Nosotros les podemos ayudar en muchísimas cosas: desde organizar su presupuesto y sus tiempos, la gestión de proveedores… Pero sobre todo, en lo que ellas nos mucho hincapié (porque la mayoría de veces el tú a tú es con la novia) es la tranquilidad de saber que tienes a un profesional a tu lado que entiende y controla de todos los sectores que engloba una boda, como son la moda, belleza, gastronomía, decoración, organización y planificación de los tiempos. Todos esos sectores nosotros lo controlamos y por lo tanto les asesoramos y les damos esa tranquilidad para que sepan que van a tener el día tal y como lo tienen en su cabeza, o incluso la mayoría de las veces incluso mejor.
A.P. Sí, porque la coordinación es importante. Conocer los sectores. Eso nos pasa mucho aquí. A veces no es tan importante conocer el producto sino saber cuándo y cómo contar con cada uno. Y también es verdad que la mayoría de las novias que vienen y que contratan una wedding destacan la tranquilidad. Les aportáis esa paz de saber que ante cualquier imprevisto, todo va a estar bajo control. Creo que eso es muy importante.
A.P. A veces creo, Rebeca, que la primera vez que vienen aquí las novias es cuando van a casarse. A mí me sorprende. No sé si a ti te ocurre eso. Se preocupan mucho del peinado, del maquillaje… Pero, ¿de la piel? ¿Te pasa a ti también esa percepción que yo tengo?
R.T. Yo la percepción que tengo con las novias es un poco lo que tú estás diciendo, y a veces me echo las manos a la cabeza, porque cada vez las novias son mayores. Prácticamente ya no tenemos novias que se casen con veintipocos años. Cada vez más, las novias empiezan a casarse a partir de los 30. Por lo tanto, normalmente espero que una mujer se haya cuidado un poco la piel. Pero nos encontramos que no hay término medio: o nos encontramos a una mujer que como tú muy bien dices, cuando le decimos que es el momento de cuidarse un poco de la piel de su rostro y de su cuerpo para estar divina ese día, y para obtener un buen maquillaje hay que tener buena base, entonces tenemos que hacer una serie de cuidados. ¿Cómo te cuidas tu piel? ¿Te has hecho un tratamiento antes? ¿Qué rutinas tienes? Y nos sorprende que nos dicen que jamás han ido a un centro de estética, que se lavan la cara con jabón o se ponen una leche para desmaquillarse y poco más. O encontramos el perfil de mujer de 30 años que sí es muy consciente de que tiene que cuidar su piel y que ya lleva un tiempo tratando, haciendo sus rutinas perfectamente y que simplemente necesita el asesoramiento que profesionales como vosotros le vais a dar, y ese tratamiento más específico en cabina para que el día de la boda esté radiante. Pero sí es verdad que nos encontramos absolutamente los dos perfiles diametralmente opuestos.
A.P. Es verdad. ¿Con cuánto tiempo de antelación os contratan, más o menos?
R.T. Depende un poco de las parejas y de las necesidades del cliente. Nosotros trabajamos muy, muy personalizados a lo que el cliente nos está demandando. Sí es cierto que si piensas en el servicio que te puede ofrecer un organizador de bodas, piensas en un servicio más integral que tienes que contratar un año o año y medio antes del día de tu boda para que nosotras te ayudemos en todo el proceso. Pero nosotras hemos llegado a organizar y diseñar una boda con dos meses de antelación. Por tanto, dependerá un poco del cliente. Yo lo que les suelo decir es que en el momento que sientan inseguros o que no controlan… porque algunas parejas que no tienen prácticamente tiempo y que saben que estos preparativos les va a ocasionar un desgaste psicológico, emocional y de mucho tiempo, nos contratan con un año o año y medio de antelación. Pero luego hay otro perfil de pareja que contratan el restaurante o la finca, y a partir de ahí, en cuanto empiezan a ver todo lo que hay que hacer, llega un momento de colapso. Pues ahí estamos nosotros, para saber cuáles son sus necesidades y adaptarnos a lo que ellos nos estén pidiendo.
A.P. Te pregunto esto porque a mí también me ocurre. Hay novias que vienen con un año vista de previsión, y ahí es mucho más fácil trabajar para nosotras porque si hay cualquier alteración en la piel del rostro, alteración facial o corporal, tenemos mucho margen de maniobra para conocer su piel, organizar sus rutinas, ver cómo va ese proceso de mejora del aspecto de su piel… Y luego hay otro tipo de novia que viene un mes o dos antes de casarse. Entonces es mucho más complicado para nosotras gestionar esa piel de una novia que no conoces. Evidentemente, tratar una piel para ese día es una responsabilidad que adquirimos, como con todos los clientes, pero en esos casos más si cabe, porque cualquier reacción adversa nos puede complicar el maquillaje o incluso el bienestar de esa piel. Por eso, uno de los regalos muy típicos a la novia por parte de sus amigas es un facial. Y yo les digo que por favor se lo den con tiempo, porque nosotras necesitamos mínimo hacer un facial o dos antes de la boda, con dos meses de tiempo, para ver cómo reacciona esa piel e ir sobre seguro el día de la boda. Me imagino que es lo que os pasa a vosotras, que cuando tenéis todo controlado, el día de la boda es disfrutar y no preocuparte de nada. Por eso te preguntaba, porque es verdad que a nosotras nos ocurre eso, que evidentemente no es lo mismo tratar una piel con un tiempo o con una clienta habitual que ya conoces y que se va a casar y que tenemos que intensificar un poco más los cuidados. Pero sí que es verdad que el perfil es un poco parecido.
R.T. Sí. E imagino que a vosotros también os ocurrirá, Ana, que al igual que a nosotras, nos gusta tener todo planificado el día de la boda, es tener valoradas las posibilidades y las cosas que nos pueden pasar e intentar gestionar previamente todos esos imprevistos. En nuestro caso, muchos de estos imprevistos dependen de la climatología. Nos puede pasar absolutamente de todo. Y lo que nos ha pasado a veces, no sé si tú también lo has sufrido en tu salón, es que la novia, a una o dos semanas del día, tiene algún problema por estrés o por otros motivos. Aparece alguna erupción, algún granito, el hecho de que algunas amigas les regalan un masaje especial y donde se lo han regalado no conocían su piel. Y por más presión o por algún motivo le ha salido también alguna manchita. ¿Cómo podemos ayudar a las novias a gestionar un imprevisto así a pocas horas de su boda?
A.P. Si es un problema de un pequeño brote, porque a veces el estrés nos puede producir alteraciones en la barbilla o puede coincidir con un cambio hormonal y que salga un brote en la zona del mentón, desde luego lo ideal es que ellas no lo toquen. Es algo complicado, yo lo comprendo, pero hay productos que les pueden ayudar a calmar esa zona, determinados activos antiinflamatorios, sego-reguladores… Pero no manipularlo. Porque luego, para el maquillador es mucho más complicado tapar una marquita que un granito. Un granito es relativamente sencillo de cubrir, y sin embargo una marca o una herida que a veces se hacen por manipular la zona de manera inadecuada, es más complicado. Por eso también tenemos que conocer esa piel y ver esa rutina, y el día antes de la boda o cuatro días antes no decir ‘voy a probar esta rutina o producto nuevo’. Eso no lo podemos hacer jamás porque no sabemos cómo va a reaccionar una piel. Quizá ese cosmético te vaya bien en cualquier momento, pero unido a los nervios de la boda, la situación, la presión, un imprevisto que te descoloque un poco… Uniendo todas esas cosas, se hace más fácil que nuestra piel reaccione. Hay que andar con prudencia, tener un sitio de referencia como te tienen a ti, que imagino que esas llamadas surgirán muchas veces por la noche en la víspera… Tener un sitio en el que las conocen, en el que les puedan decir que se pongan esto o que hagan esto, que eso también les da tranquilidad de que esa piel estará maravillosa el día de su boda. Pero sobre todo que no lo toquen y no lo manipulen, que a veces los desastres son muchísimo mayores que lo que llevarían sin tocar. Es verdad que los riesgos de alergia se han minimizado mucho, es complicado un brote de alergia con la cosmética actual. Las marcas tienden a muchísimos tests de eficacia, pero también de sensibilidad, así que eso quizá sea más complicado, pero el tema de los granitos es bastante habitual que ocurra.
Y luego, Rebeca, te quería preguntar: como viene el buen tiempo, ¿tenéis muchas novias que les encanta estar súper bronceadas?
R.T. Eso es una lucha constante. Porque en verano las novias… todas obviamente nos vemos mejor cuando estamos bronceadas y cuando nuestra piel está morena. Muchas veces a las novias, sobre todo las novias de verano, cuando se prueban el vestido y se ven pálidas, lo primero que te dicen es: ‘cuando sea la boda, voy a estar más bronceada y morena, ¿eh?’ Y es algo que les decimos, y a veces llevamos de aliados a los fotógrafos. Para que ellos les expliquen, al igual que hacéis en los centros de estética, que cuando una persona está bronceada está más bella, pero no hay que pasarse. Sí que tenemos ese “problema”: el perfil de persona que se le ve que le gusta mucho el sol y que cuando salen los primeros rayitos en primavera ya se quieren poner morenas, ahí intentamos con el centro de estética y también nosotras con las pruebas de vestido conforme las vamos viendo a lo largo de los meses, ir inculcándoles que cuando están tan, tan, tan morenas…
A.P. Se ven muy guapas morenitas, pero es verdad que luego con el resultado de las fotos no es lo mismo verte ese día al natural que luego ver tus fotos, que al final es el recuerdo que te va a quedar para toda la vida. Y estar muy, muy bronceada, sobre todo en el rostro -porque con el cuerpo es verdad que podemos ser más permisivas quizás-, a la hora de los flashes y del maquillaje sí que es verdad que no nos da la sensación, pero envejece un poco. Al final una piel más blanca y uniforme es más bonita. Luego el maquillador se encarga de darle el tono un poco más adecuado a la época del año en la que se van a casar.
R.T. Y luego con el bronceado, Ana, lo que yo pienso siempre o el miedo que tengo siempre con el bronceado es que bueno, es una piel joven, pero yo no sé si les va a salir una mancha. Y tapar una mancha de sol el día de la boda es complicadísimo.
A.P. Es complicadísimo. Es muy, muy complicado. Es lo que hablaba antes: a veces es más fácil tapar un granito que la marca, la mancha o la erosión que se puede hacer en la piel. Y eso ocurre igual con las manchas solares, por supuesto.
A.P. Y luego, respecto a lo que has apuntado antes de que las novias ahora se casan un poquito mayores, es cierto que la demanda de tratamientos ha cambiado mucho. No es lo mismo trabajar la piel de una novia de 25 años, que por norma general es una piel que está en buenas condiciones, que la piel de una novia mayor. Y luego también, Rebeca, se le está dando mucha importancia a las bodas de plata. Vosotras también organizáis todo ese tipo de eventos. Evidentemente, ahí la novia es una novia mayor, porque lleva todo ese tiempo casada. ¿Ese tipo de eventos también cobran importancia?
R.T. Sí. Además, en este momento de la vida postpandemia, después de mucho tiempo sin eventos, todos los eventos están cobrando mucha importancia. Las bodas son por supuesto el evento social por excelencia, pero ahora cualquier ocasión nos viene bien para celebrar algo. E igual que nosotros estamos viendo que en las bodas de este año, al contrario que ocurría en años anteriores, los invitados normalmente sabíamos que un 10 o 15% de los invitados iban a fallar en la boda. Ahora lo que vemos es lo contrario: ahora hay gente que a lo mejor los novios no pensaban invitar porque querían una boda más pequeña y que se autoinvita, ya sea porque quiere ir de boda, porque quiere celebrar. O que esos invitados que viven lejos y que los novios daban por supuesto que no iban a acudir a su evento, son los primeros que reservan hotel y que quieren ir. Sí que es cierto que estos dos años nos están haciendo cambiar en muchas cosas: en forma de celebrar, en que todos tenemos muchísimas ganas de celebrar… Yo digo siempre que las novias cada vez son un poco mayores. Este año tenemos novias de 50 y 60 años, y me parece maravilloso porque el amor no tiene edad. Puedes querer celebrar el amor a los 20, a los 40 o a los 60, ¿por qué no? Lo que yo necesito que me cuentes es lo que comentábamos antes. ¿Cuál es la diferencia o qué tratamientos nos aconsejas para una novia de unos 30 años que se case y que normalmente las novias ahora no tienen tiempo porque están estresadas con su trabajo? ¿Y qué tratamientos recomiendas para una novia más madura, más de 50 años?
A.P. Pues mira, para una novia de 30 años o treinta y algo, que sería un poco lo más habitual ahora, imprescindible, imprescindible sería un facial dos meses antes de la boda. Hablamos de cuidados mínimos, ¿eh?. Un facial dos meses antes de la boda nos permite conocer un poco su piel, medir un poco su reactividad, la respuesta que puede tener a los tratamientos… Y si es una novia que no se ha cuidado nunca, que necesita una higiene o un poquito de extracción, pues tener tiempo para que su piel regenere al menos dos ciclos celulares, es decir, dos meses y medio. Y luego, en la víspera de la boda, un par de días antes, el día antes, tres dias antes, etc. hacer un facial efecto flash en el que mantengamos los niveles de hidratación y de ph, y dejar la piel lo más preparada posible y lo más uniforme para que el maquillador o maquilladora tenga menos trabajo que hacer. Eso sería lo mínimo que deberíamos hacer en una novia joven. En el caso de una novia mayor, depende un poco de lo que ella quiera cuidarse. Pero generalmente necesitamos un poco más de tiempo, porque ella nos preocupa en otros aspectos: la arruga, la flacidez… Es lógico y normal, pues son aspectos que van cambiando con la edad. Y ahí son muy recomendados tratamientos de radiofrecuencia. Ahí estaríamos hablando que necesitaríamos hacer un mínimo de cinco, seis, ocho sesiones. Y si hablamos de que la frecuencia la podemos marcar en quince días o así, estamos hablando de mínimo seis meses de tratamiento para que veamos una mejora sustancial en el tejido. Evidentemente, siempre se puede hacer un tratamiento flash que tenga una duración corta en el tiempo. Claro, cuando nosotros hacemos tratamientos a medio-largo plazo, buscamos resultados a medio-largo plazo. Si hacemos un tratamiento que nos da un bienestar en la piel o una iluminosidad inmediata en la piel, esos efectos también son más cortos. Es evidente. Y sobre todo es muy importante una buena rutina en casa en ambos casos. Porque si nosotras aquí trabajamos mucho, ponemos toda la carne en el asador, hacemos unos equipos adecuados… y luego ellas en casa no tienen una rutina adecuada, al final el resultado que van a obtener no es tan beneficioso. No es el mismo. Entonces, creo que sobre todo hay que venir con tiempo, para que independientemente del número de sesiones que necesiten en cabina, ellas en casa, con cuatro cosas, que tampoco necesitas muchísimas más ni una rutina súper sofisticada porque te vayas a casar, adquieran buenos hábitos. Y lo que sí es maravilloso es que esos hábitos que adquieren en vísperas de su boda los mantienen en el tiempo. Y eso para nosotras es un plus de satisfacción, porque seguimos manteniendo el contacto con ellas. Y la verdad es que en ese sentido es muy gratificante, conocer a una novia que eso que has intentado inculcarle con tiempo para su boda luego lo mantiene en el tiempo para siempre. Es una manera muy bonita de introducirse en el mundo de la belleza.
R.T. Sí, sí. Antes te decía que algo que las novias repiten después de la boda es la tranquilidad que les hemos aportado. Otra cosa que también repiten mucho es lo bien que se han cuidado, lo que se han mimado ese año porque tenían un evento muy importante, pero ha sido maravilloso y que no van a volver a las rutinas que tenían antes, sino que va a mantener estas rutinas porque estas rutinas son de belleza, de ejercicio o de nutrición, en general de salud, para verse ellas bien y también es algo que nos repiten muchísimo las novias.
A.P. La boda es eso: un punto de inflexión en recuperar o empezar los buenos hábitos. Está claro que sí.
A.P. Bueno, Rebeca, te agradezco muchísimo tu participación en este episodio. Me quedo con tres cosas: amar, disfrutar, celebrar. Son tres palabras maravillosas que engloban tu sector y el mío. Espero verte pronto, que sea un verano de muchísimas bodas, de muchísimo amor y de un tiempo maravilloso para que esas novias, esos novios y esas familias evidentemente disfruten de un día que es maravilloso y que tiene que ser inolvidable.
R.T. Muchísimas gracias a ti, Ana. Como siempre, un placer estar a tu lado y compartir un ratito de nuestro tiempo. Y poder ayudar a muchas mujeres en un día tan especial como es el día de la boda a sentirse bien, a sentirse bellas, a sentirse queridas. Y por supuesto, a disfrutar del amor, como tú decías.
A.P. Un besito.
R.T. Gracias.