LOSTAO STORIES | TRANSCRIPCIÓN EPISODIO 10

La Belleza interior

Ana Puelles Lostao / Presentadora
Beatriz Franco / Invitada entrevistada

¿Sabías que cuanto más bonita te ves por dentro, más bella luces por fuera? Y que cuando piensas en positivo y te sientes bien, ¿se refleja directamente en tu piel? Y tú, ¿cuidas de tu belleza interior?

A.P. Hoy hablamos con Beatriz Franco, ella es coach con una trayectoria de muchos años en el sector de la belleza, la cosmética selectiva y el desarrollo personal. Hoy nos va a contar cómo podemos cuidar de nuestra belleza interior con la finalidad de enriquecer los rituales de belleza para disfrutar de un bienestar global. Si te permites un instante solo para ti, quédate con nosotras y te contamos cómo hacerlo. Buenos días, Beatriz. ¿Qué tal? Bienvenida a Lostao Stories. Es para mí un placer que estés aquí conmigo en este episodio un poco diferente, en el que tocamos un tema que hasta ahora no hemos tratado. Así que muchísimas gracias. 

B.F. Hola, Ana. Buenos días. Muchas gracias por la introducción. Estoy feliz de poder estar aquí contigo hoy. La verdad es que cada vez más hoy en día entendemos la belleza como un bien integral, donde vuestro valor en el centro de estética, como especialistas de la piel es cuidar, mimar, recomendar a los clientes aquello que es más adecuado en cuanto al tratamiento, enseñar los rituales de aplicación que pueden continuar en casa… que van a hacer que estén más bellas aún. Sabemos también que cuanto más bonitas nos vemos por dentro, más bellas lucimos por fuera. Y ahí es donde me parece interesante que podemos complementar y enriquecer vuestra expertise en la piel con la mía en cuanto al cuidado de las emociones.

A.P. Así es. Y cuéntanos un poco, ¿qué podemos hacer en general para tener este bienestar global del que tú hablas? 

B.F. Pues mira, cuidar de nosotras mismas en mayúsculas, desde el autoamor, cuidando nuestra autoestima, cuidando de la actitud con la que nos enfrentamos a nuestro día a día. Eso es fundamental. La mirada que le ponemos a lo que hacemos y a todo lo que sucede a nuestro alrededor. Por ejemplo, imaginad que yo tengo una cita en tu centro en Estética Lostao para realizarme un tratamiento maravilloso de los que ofrecéis. Pero sin embargo, llego apresurada, con nervios, con mis propias preocupaciones del trabajo, con prisas… porque estoy pensando que cuando salga tengo que ir a recoger a mi niño a sus actividades, hacer recados, etc. Y estoy pensando un poco en las mil cosas que me quedan por hacer. Pues todo esto que estoy sintiendo me hace entrar con cierta tensión a tu centro. Por lo tanto, si llego acelerada mi tratamiento maravilloso, va a dejar de ser lo maravilloso que podría ser, pero no por el tratamiento en sí, sino por la experiencia que voy a vivir. Porque mi estado de nervios y las preocupaciones me van a impedir disfrutar plenamente de ese momento. 

A.P. Entonces, para disfrutar más, ¿cómo podemos escucharnos para sacarnos más partido, para sacar más partido de las situaciones bonitas de la vida?

B.F. Mira, primero de todo, ser conscientes. Es decir, tomarnos un tiempo para parar un poco y reconocer el estado en el que estoy y así conocernos mejor. Para sacarnos más partido, recurrimos al autoconocimiento, porque tenemos que darnos cuenta de quién estoy siendo y si concuerda o no con quien quiero ser realmente. Porque en la vida pasamos a por diferentes fases, al menos lo digo por mi experiencia propia. No nos ilusiona lo mismo cuando tienes 25 años, que cuando tienes 35, que cuando tienes 45. Entonces, intentando escuchar qué necesidades tengo en esta etapa de mi vida, cualquiera que sea mi edad, reconocer cómo me siento y cómo me quiero sentir. Y sabiendo esto, podemos sacar mucho partido, porque vamos a saber como dar respuesta a nuestras necesidades actuales y cómo cuidar de nosotras mismas. 

A.P. ¿Hasta qué punto crees que las emociones pueden interferir en nuestra belleza? 

B.F. Pues mira, mucho. Hasta el punto de que ante un mismo hecho le podemos dar una interpretación u otra a lo que está sucediendo. Y por lo tanto también vamos a obtener un resultado u otro. Por ejemplo, piensa en un producto que, conociendo mi piel, me podrías recomendar para mi rutina diaria de limpieza. Yo lo compro y me lo llevo a casa. Pero como en el día a día voy deprisa y con ganas de que acabe ya la jornada, pues voy también deprisa con el gesto de desmaquillarme y limpiarme la piel. No lo aplico adecuadamente, lo hago corriendo, como en piloto automático, sin prestarle mucha atención. Pero sin embargo, imagina que me voy de viaje en fin de semana con amigas y me llevo en mi neceser mi producto nuevo para mi ritual de limpieza. Pues llega el momento de utilizarlo, estoy con mis amigas en un ambiente distendido, estamos comentando algo benito que nos ha sucedido en el día. Entre risas, sacamos nuestros productos y empezamos a comentarnos cosas. Yo les cuento cómo me habéis dicho que debo utilizarlo y les digo: “Mira qué bien huele, qué textura tiene”. Entonces, no te va a hacer sentir lo mismo ese producto en una situación o en otra. 

A.P. Evidentemente no es lo mismo. Está claro que no. Hacer las cosas bien, despacio y sintiéndolo cambia mucho. Porque no estar bien por dentro se refleja lo que proyectamos. Y deberíamos de empezar a cambiar  también la forma que nos sentimos, porque eso nos hará brillar desde el interior y brillar con luz propia.

B.F. Claro. Por ejemplo, si hablamos de la piel, sabemos que si yo a mi piel la cuido, la hidrato, la reafirmo de manera continuada… se verá más bonita y sana. Entonces, si yo también pienso en cosas bonitas, alegres, que me gustan, que me ilusionan… estoy generando en mí una emoción de alegría, satisfacción, felicidad y en consecuencia eso hará que me vaya a comportar de la misma manera y reaccione desde esta emoción a las diferentes situaciones. Voy a explicar, por ejemplo, cómo podemos cambiar nosotros. Me preguntabas sobre esa forma en que nos sentimos. Y lo voy a explicar con la relación que existe entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que hacemos. Las emociones que sentimos, en su mayoría son una reacción inmediata a un estímulo. Y ese estímulo no nos provoca un pensamiento. Entonces, si yo me digo cosas feas, me autocastigo por algo, pienso que no soy capaz de hacer una cosa o que no me lo merezco. Todo eso genera un sentimiento de tristeza y empiezo a ver el mundo como un lugar hostil, donde creo que todo lo malo me pasa a mí. Y voy cayendo en esa insatisfacción, tristeza… Entonces, me comporto un poco como resultado de esos pensamientos. Incluso te diría que sin quererlo, fíjate que vas atrayendo a tu vida precisamente aquello de lo que te pretendes alejar. Y te cuestionas cómo es posible que tenga tanto de eso que no quiero, en vez de lo que sí quiero. Sin darnos cuenta, es fruto de lo que tú atraes, porque es bien cierto que aquello que la vida es como un reflejo, que te devuelve aquello que emites.

A.P. Y entonces entraríamos como en una especie de círculo vicioso de negatividad. Y eso no es nada favorable. Además, el pelo y la piel responden a nuestras emociones. Entrando en detalles, ¿cómo podemos revertir esto? ¿En qué afectaría eso a la parte más externa o más física? 

B.F. Exacto. Fíjate: como te decía, si yo estoy en un estado de tensión, creo en mí físicamente un estado de alarma, que a su vez y de manera inconsciente, está generando una reacción física en el cuerpo. Y eso provoca que aumenten los niveles químicos de mi cuerpo. Concretamente, la hormona del cortisol, que es la hormona del estrés. Entonces, automáticamente empiezan a surgir cambios en mi organismo. Porque nuestro cuerpo está diseñado para poder reaccionar y hacer frente a las situaciones que consideramos de amenaza. Y de hecho tiene que ser así, porque este instinto hace precisamente que podamos protegernos. Es el instinto de supervivencia. Entonces, ¿qué hace nuestro organismo? Hace que la sangre empiece a bombearse por el cuerpo, llegando primero a socorrer a esos órganos primordiales que necesitaríamos para hacer frente en caso de amenaza, que serían los pulmones, que necesitan respirar agitadamente; el corazón, para bombear la sangre; las articulaciones, ya que en caso de amenaza tengo que salir corriendo. ¿Y qué sucede entonces? Que indirectamente estoy sacando sangre de otras zonas secundarias que no necesito en este momento para superar este estado de alarma, como es el pelo. Porque obviamente, si tengo la urgencia de huir y de salir corriendo el pelo no es una prioridad para atender. Por lo tanto, estoy haciendo que los mecanismos que lo regulan se debiliten y su aspecto sea menos saludable.

Y me preguntabas también cómo revertirlo. En principio no es que es inmediato, desde luego, pero poniéndonos tranquilos. Porque el problema vendría si estamos constantemente en un permanente estado de estrés o de agobio. Esto, mantenido en largos periodos de tiempo, hace que los mecanismos de funcionamiento se ocupen constantemente de estar pendiente de otros órganos y descuidemos los que se verán perjudicados. 

A.P. Esto ocurre también la piel. Nosotras lo vemos muy a menudo, que cuando hay picos de estrés o de situaciones complicadas, la piel también lo refleja.

B.F. Evidentemente, es súper importante. Por el mismo motivo. Notas que tu piel tiene una reacción de rojez, sensación de sequedad, mayor irritabilidad… Y es que nosotros mismo estamos inhibiendo la regeneración celular de nuestra piel mateniendo ese estado de estrés.

A.P. Que desafortunadamente es muy habitual. Y eso lleva también muchas veces a perder un poco la autoestima, Beatriz. Nosotras lo vemos muy a menudo en el centro, cuando viene una clienta y se ve mal. Esos comentarios un poco negativos de los que hablábamos antes. ¿Cómo influye la autoestima? Y sobre todo, ¿cómo podemos empezar a trabajarla? ¿Qué pasos son los primeros que tenemos seguir para que esa autoestima sea mayor y empezar a querernos un poquito más?

B.F. La autoestima la vamos a reforzar dependiendo de cómo la alimentemos nosotros. Creo que el tema de la autoestima es algo de lo que se habla mucho, y a veces pensamos que el tener autoestima es solo el tema de querernos mucho, de creerme que soy bueno en lo que hago. Y no es tanto así, porque una autoestima saludable es que, por supuesto, tengamos una autoestima que nos haga sentir bien con nosotros mismos, pero que también podamos establecer relaciones buenas con los demás y nos relacionemos bien en la sociedad. Porque, ¿qué pasa cuando una persona, por ejemplo, está sobreestimada? Podemos caer en un tema de ego, que se potencie el ego. Y en cambio, cuando tenemos una baja autoestima, pues la persona lo nota hasta en su caminar, en su aspecto. Es una persona que no acepta un fracaso, ya que enseguida que le pasa alguna cosa que se sale de su control, se viene abajo y luego es difícil de sacar. Entonces, la autoestima saludable sería ni mucho ni poco: un punto medio.

A.P. Lo que pasa es que a veces igual es complicado, pero bueno, hay que intentar llegar a ese equilibrio. ¿Cuál dirías tú que es la principal alarma que nos puede indicar que algo no va bien? La que puede hacer plantearnos que ese estrés al que estamos sometidos no es normal, que esa relación que tenemos con nosotros mismos no es normal… ¿Qué alarma o qué indicativo sería decir ‘ostras, aquí es donde yo tengo que parar’? 

B.F. Pues sí, sí que hay señales. Pueden ser a veces físicas, como el cansancio extremo, o también los cambios de humor repentinos. Es como que nos sentimos incómodos con algo y parece que notamos que algo no encaja del todo. Y otra señal suele ser cuando intentamos justificarnos a nosotros mismos, como para convencernos de que eso que tienes ahora es lo que toca o es lo correcto, porque con otra cosa que soñarías para hacer algún cambio te parece aparentemente una locura o difícil de conseguir. Entonces, quizás es porque todavía no nos sintamos preparados para enfrentarnos a eso, o hacemos como que no lo queremos ver. Sí que es verdad que cada uno tiene su momento y decide cuándo, pero lo cierto es que cuando lo intentamos reprimir, si sigue ahí dándonos vueltas, tarde o temprano eso se manifestando de algún modo. Porque el cuerpo habla, eso es una realidad.

A.P. Está claro. Y a parte de cuidar nuestra mente, ¿tú crees que el ejercicio físico juega un papel también importante en estos procesos? Y la alimentación, por ejemplo, ¿jugaría un papel fundamental para ti? 

B.F. Pues mira, el ejercicio físico creo que es una buenísima vía para liberar estrés y sacar fuera de esos momentos tensos. Además, también el ejercicio físico hace generar una serie de hormonas que te dan sensación de felicidad. Así que, por supuesto, bienvenido también. Y luego me preguntabas también por el tema de la alimentación. Cuando estamos hablando de bienestar integral, yo no soy experta de nutrición, pero la alimentación, por supuesto, forma parte de ese conjunto. Y también es importante cuidarla. Eso nos hace sentir bien con nosotras mismas, bien porque los alimentos te proporcionan energía y es lo que necesitas para avanzar en el día a día, o bien porque te hace sentir bien contigo misma, te dan satisfacción. Luego sí que hay otro tema también interesante, que este sí que tiene que ver un poquito más con las emociones, que es la alimentación emocional. Se llama así a este tipo de alimentación que se produce cuando consumimos alimentos que normalmente son más placenteros que saludables, y que se comen como respuesta a un estado de ánimo como el estrés, la tensión, la preocupación… Que buscan hacerte sentir bien mentalmente de manera inmediata, en vez de alimentarte o satisfacer el hambre física. 

A.P. Claro, entonces haces eso inconscientemente para soportar ese pico de estrés o de cansancio, y luego eso a lo mejor hace también que te arrepientas de haber hecho eso que consideras que no es bueno para ti. Y otra vez vuelves a entrar en ese círculo de castigarte o de no hablarte con cariño. Cuando nos resulta muy difícil, por la situación que vivimos ahora, el trabajo, la presión social que puede haber tanto física como psicológicamente, es verdad que a día de hoy, afortunadamente creo que ir a terapia con un especialista en este tipo de cosas nos puede ayudar. Afortunadamente es algo que hoy está integrado en nuestro pensamiento. Quizás hace unos años parecía que decir que ibas a un sitio a cuidar tu mente no era muy correcto, pero afortunadamente, Beatriz, a día de hoy, alguien a veces nos tiene que parar a tiempo y ayudarnos con ese autoboicot que hacemos contra nosotros mismos. Necesitamos una ayuda que puede ser necesaria y fundamental muchas veces. 

B.F. Exacto, una ayuda. Muchas veces sentimos un bloqueo o una situación que nos angustia y que por nosotros mismos no es que no podamos, ni mucho menos, pero lo que pasa es que en ese momento estamos como bloqueados y no somos capaces de verle la respuesta y la salida. Entonces, yo, desde el coaching, sí que es verdad que no diría tanto terapia, porque la terapia es más desde la parte de la psicología, más temas de pacientes, por así decirlo. Pero desde el coaching, a través de una serie de conversaciones de preguntas y respuestas, se atiende a ese bloqueo o esa situación que en ese momento no te permite avanzar a donde tú quieres llegar. Te ayuda a acompañarte en ese camino para avanzar hacia donde tú quieras. Después, por supuesto, como parte del bienestar integral es bienvenido también. 

A.P. Entonces, ¿hasta qué punto es importante cuidar nuestro amor propio? Sé que me vas a decir que mucho, ¿pero hasta qué punto puede afectar a nuestra vida en general el amor propio?

B.F. Pues la verdad es que el amor propio yo diría que es de lo más importante. Primero, porque si yo estoy bien, podré estar bien también para los demás. Y eso es lo que se va a reflejar ahí fuera. Es lo que te decía antes. La vida es como un eco y te devuelve lo que emites. Y si tú luces, te ves bonita por dentro y por fuera, el mundo brillará contigo a tu alrededor. Entonces, a mí parece fundamental el estar bien con nosotros mismos. 

A.P. Sí, es como ese día que te vistes a lo mejor con la misma ropa que llevaste hace una semana. Aquel día te ves bien, te sientes bien y el día es maravilloso. Y otro día te pones lo mismo y dices ‘qué mal me veo’ y al final puede que tu día se complique un poco, simplemente por nuestra actitud o por nuestra forma de enfrentarnos a ese día. 

Para ir terminando este podcast que ha sido muy interesante, ¿qué nos dirías como conclusión para finalizar este capítulo? 

B.F. Mira, como conclusión, Ana, quizá diría que nos tomemos un instante de reflexión para nosotros mismos. Que te des el permiso para escucharte, que pensemos en qué emocion estamos ahora y que sea agradable o no tan agradable, la reconozcamos, seamos conscientes de ella y le demos el espacio necesario para que podamos reaccionar del modo en el que queremos reaccionar. Que cuidemos mucho lo que nos decimos, porque eso influye directamente, como te decía antes, en lo que sentimos y por lo tanto en cómo actuamos. Y también pensemos que nosotros somos los únicos que podemos cuidarnos de nosotros mismos. Me parece que el amor propio aquí también es fundamental. Por eso yo suelo decir que tú puede hacer que tu vida sea como quieres que sea. Porque recuerda que la belleza está en ti. 

A.P. Una frase maravillosa. Pues Beatriz, muchísimas gracias por compartir un poco ese conocimiento, por enseñarnos a parar, a conectar con nuestro interior, a conectar con nosotros mismos, que es muy importante. Y asimismo, todos esos tratamientos que podemos hacer. Hacen muchísimo más efecto, se perciben mejor y nuestro cuerpo reacciona también de mejor manera. Espero seguir contando contigo otro día y seguir sacando partido a todo tu conocimiento. Quiero que hayas estado muy a gusto y nos veremos muy pronto.

B.F. Muy a gusto, Ana. Muchas gracias por este espacio. Y como decía antes con el ejemplo del tratamiento, he disfrutado del aquí y el ahora de poder estar conversando contigo. Así que muchas gracias.

Lo último en nuestro Blog