LOSTAO STORIES | TRANSCRIPCIÓN EPISODIO 9

Celulitis: ¿qué es y cómo tratarla?

Ana Puelles Lostao / Presentadora
Leticia Huergo Zapico / Invitada entrevistada

Bienvenidos al podcast de Lostao, un espacio en el que te presentamos el mundo de la estética de la mano de grandes profesionales para que aprendas a cuidarte de la mejor manera.  Lostao te abre las puertas de su casa para que encuentres el lugar que buscas. Yo soy Ana Puelles y te doy la bienvenida, ¿empezamos?

El 90% de las mujeres tenemos celulitis. Así, tan duro y tan contundente como suena. Sentimos esta afirmación 3pero es una realidad. Quizá por eso esta palabra es uno de los términos más buscados en Internet, sobre todo en esta época del año que nos acerca al temido traje de baño. Pero a pesar de ser una de las preocupaciones estéticas del universo femenino, es posible tratarla. Lo has oído mil veces: ejercicio, alimentación y tratamientos son el cómputo necesario para mantenerla a raya. Pero no es oro todo lo que reluce ni controlar estos puntos a veces es tan fácil. Por eso, contamos hoy con la colaboración de la doctora Leticia Huergo Zapico, doctora en biología celular y molecular. Además, ella es la responsable clínica y científica de Termosalud, fabricante nacional de equipos médicos-estéticos, que nos va a ayudar a dar respuesta a estas preguntas eternas. Así que es para mí un honor que una persona con su experiencia en el campo de la oncología clínica y molecular, en médicina regenerativa y además con varias publicaciones científcas que hacen referencia a las respuestas celulares al estrés térmico, nos acompañe hoy en este episodio tan interesante.

A.P. Buenos días, Leticia. Es para mí un honor que estés aquí conmigo. Te agradezco muchísimo que nos hayas cedido parte de tu tiempo y que nos vayas a ceder un trocito de tu sabiduría hoy en este episodio. Bienvenida.

L.H. Gracias, Ana. Estoy encantada de estar contigo.

A.P. Muy bien, pues vamos a ello. De forma sencilla, cuéntanos qué es la celulitis, qué ocurre en mi piel cuando aparece y, sobre todo, por qué aparece. ¿Qué factores pueden influir en su formación?

L.H. Pues la verdad es que es una pregunta que no es ninguna tontería. Expertos de todo el mundo desde hace muchos años intentan ponerle un nombre y ni siquiera se ponen de acuerdo. Fíjate, hablan de afección, condición, casi ninguno habla de enfermedad… Si yo tengo que ponerle el cascabel al gato, lo que más me gusta decir es que es una alteración de la estructura de nuestra piel. Es un problema multifactorial. Tiene como origen un compromiso de la microcirculación del tejido. Es decir, todo ello empieza con que la circulación de una zona concreta del cuerpo se ve comprometida. Es decir, llega menos oxígeno, menos nutrientes y además también se retiran menos desechos. Lo que ocurre ahí es que se empeora la calidad del tejido. Esto afecta particularmente a dos capas de la piel: la hipodermis, donde se distribuye la capa grasa; y la dermis, que está justo por encima y es la que le da la turgencia a la piel, la estructura de fibras de la piel. Lo que ocurre es que al empeorar las condiciones del tejido, las células que allí viven se encuentran en una situación peor. Y estas células son los lipocitos, que digamos que empiezan a ponerse más vagas, a disminuir su metabolismo y a hacerse más grandes. Además, también hay otras células que empeoran mucho su función, que son los fibrograsos y que son las encargadas de hacer toda la estructura de fibras de la piel, de darle turgencia ese aspecto más juvenil a la piel. Estos dos componentes celulares empeoran y los adipocitos o células grandes se vuelven más grandes, comprometiendo mucho más la circulación, es decir, empiezan a presionar y estrangular los vasos sanguíneos que ya funcionaban mal. Y empieza el círculo vicioso de la celulitis: engordan muchísimo los adipocitos, las estructuras de fibras se hacen rígidas y empiezan a proyectarse hacia arriba, hacia a la piel, dando ese aspecto de acolchado. Es un problema que no empieza de la noche a la mañana, es todo un proceso que lleva muchísimos años y que va empeorando y avanzando. Nosotras podemos intervenir en diferentes momentos para ralentizar ese avance, pero digamos que es un problema que está asociado con el envejecimiento, con la propia fisiología de la piel.

A.P. A mí me duele con tocarme, me salen hematomas con facilidad. Otra clienta puede decir que siempre tiene las piernas y cartucheras frías… Yo tengo solo en las rodillas y además tengo flacidez. Además, por lo que nos has dicho antes, entendemos que es un problema multifactorial. Pero, ¿todas las celulitis son iguales?

L.H. No, no todas las celulitis son iguales. Como te decía, tiene tres grandes componentes. El primero, y el que siempre se deja un poco más de lado, es el circulatorio. Y el circulatorio es el origen. Además, sería el objetivo de las terapias. Si mejoras eso, vas a mejorar todo lo que desencadena el problema. ¿Por qué las tengo frías? Pues porque la circulación está comprometida. ¿Por qué me duele al tocar? Porque hay edema. Cuando se compromete la circulación, el techido se encharca. No funciona ni la circulación sanguínea ni la linfática. La clasificación de la celulitis también es objeto de debate. El campo médico la clasifica de una manera muy extensa, le da cuatro estadíos que subdivide cada uno en muchísimos estadíos. Pero en el campo de la estética somos más pragmáticos y lo dividimos en tres estadíos. 

El primero, en el que la celulitis es dura y no se ve a simple vista. Solo se ve si aprietas el tejido y ves piel de naranja. Ahí el problema es todavía esencialmente circulatorio y menor. 

Luego vamos avanzando hacia una celulitis blanda, en la que ya acusa con un poco de flacidez y un poco más de edema, y en la que la persona de pie ya se le ven algunos hoyuelos, pero tumbada no.

Y la tercera sería la edematosa, que ya es una celulitis severa en la que se ven hoyuelos, edemas importantes, es dolorosa, se ve que hay problemas circulatorios a nivel venoso… Es la que está más asociada a edades avanzada, pero no siempre, también la vemos en gente joven.

A.P. En la mayoría de los casos, la celulitis es quizá una condición propia de las mujeres, aunque también algunos hombres la sufren. Pero, ¿esto tiene también un condicionante genético o hormonal?

L.H. Pues sí, nos ha tocado a nosotras la lotería. Ocho de cada diez mujeres tenemos celulitis. Y digo tenemos porque no me tocó el 20% libre. Esto frente al 10% de los hombres. Es claramente genético y hormonal. Lo hormonal está relacionado con la genética también. Hace ya muchos años que se vio que la estructura de la piel de los hombres y las mujeres es distinta. Mientras nosotras tenemos la estructura de la capa grasa, que está llena de columnas y septos fibróticos, que es como si fuera la mezquita de Córdoba, llena de columnas. Eso es lo que tira hacia abajo la piel, y entonces cuando hay mucha grasa, ésta se proyecta hacia fuera, generando esa forma de piel de naranja. 

Sin embargo, los hombres no tienen esos septos verticales, sus columnas son diagonales o transversales. Retienen mucho mejor la capa grasa y no permiten a las células grasas subir. Además de otras muchas cosas como el componente graso y muscular. Los hombres se sabe que tienen mucha más masa muscular que las mujeres.

Pues mira, yo me acuerdo de un año en la feria que se llenó todo de los pececitos esos para hacer las pedicuras, y fue como el boom y de repente desapareció más rápido incluso de lo que llegó. Luego por ejemplo otra cosa que ahora digamos que se ha reconvertido, aquel boom también esos centro donde ibas, te ponían un chaleco y tenías un entrenador personal y se suponía que acababa con todos tus problemas corporales, y eso tampoco funcionó por una serie de historias que la convivencia, la necesidad de tener un entrenador personal, un profesional, pues hace que al final no haya sido un tratamiento que no haya durado en el tiempo. Es verdad que esa tecnología ahora y este año por ejemplo ha estado también bastante presente en la feria la tecnología para aumentar la musculatura y todo eso porque yo creo que es una cosa positiva, pero bien llevada y gestionada por profesionales como decía antes, con el conocimiento adecuado

A.P. Y respecto a esto también, la mayoría de las veces la asociamos a peso. Pero yo creo que la experiencia nos demuestra también que aparece en mujeres delgadas. Más que una pregunta esto es una afirmación, pero, ¿verdad que adelgazar no implica que la celulitis vaya a desaparecer?

L.H. Pues no. Si ya empezamos toda esta charla hablando que es un problema circulatorio, de fibras y graso, con corregir una cosa no solucionamos el resto. De hecho, muchas mujeres deportistas delgadas presentan celulitis. Y cuando tocas es doloroso porque hay edema, que está asociado a la circulación y las fibras. Si adelgazas mejora, pero tenemos que atacar los tres frentes.

A.P.¿Y hay momentos en la vida de una mujer en los que somos más propensas a su aparición? Si tiene un componente hormonal está claro que la respuesta es que sí, pero cuéntanos más.

L.H. Una vez más, la lotería hormonal. Nosotras somos un balance continuo de estrógenos. Siempre que hay un desequilibrio o hay un momento de explosión estrogénica, vamos a tener una exacerbación del problema, va a aumentar la celulitis. Un ejemplo es la pubertad: una gran explosión de hormonas, muchos estrógenos, dominancia estrogéncia… Las chicas muy jóvenes que tienen acumulación de grasa van a presentar celulitis. Otro momento es el embarazo: estrógenos, desbalance… Y el otro es la menopausia, donde hay una caída de los estrógenos. Podríamos decir ‘menos mal, si son los estrógenos lo que me lo están causando, ahora quizá me va a disminuir’, pero no es así. Hay muchas hormonas que también intervienen. Es verdad que la caída de los estrógenos va a eliminar la parte de la acumulación de grasa, pero empeora mucho la parte de las fibras y el colágeno. La piel va a perder su elasticidad y va a empeorar. Esos son tres momentos, y después están esos momentos donde hay mucho estrés, que puede disparar las hormonas.

A.P. ¿La alimentación tiene importancia en su aspecto? Esta es una pregunta que nos hacen o que intentamos tratar con el cliente. ¿Hay alimentos más o menos favorables que nos ayuden a mantenerla en mejores condiciones?

L.H. Lo cierto es que la alimentación afecta a todos los aspectos de nuestra vida, y en este caso también. Aconsejar una alimentación u otra, o hablar de alimentación equilibrada es muy complicado. Mucha gente piensa que come bien, y en realidad nuestra dieta en los países industrializados está muy desequilibrada hacia los hidratos de carbono y hacia los azúcares libres. Hay azúcares en todo, y los azúcares generan resistencia a la insulina, ésta genera grasa y lipogénesis. Además, favorece la acumulación de grasa. Hay una serie de alimentos que favorece la resistencia a la insulina y a la aparición de celulitis.

A.P. Respecto a ejercicio físico, bajo mi punto de vista son más eficaces a los ejercicios cardiovasculares. ¿Qué opinas sobre esto?

L.H. Yo haría un matiz: los ejercicios cardiovasculares en realidad mejoran muchísimo en la oxigenación del tejido y la circulación. Además, nos ayudan mucho a eliminar desechos a través del propio sudor y el metabolismo que se activa en ese momento. Pero tienen un efecto limitado en el tiempo, que es alrededor del mismo ejercicio. Entonces, nos ayuda mucho durante el ejercicio, pero entre ejercicio y ejercicio no tiene un efecto a largo plazo. Nos va a ayudar a controlar las calorías como gasto calórico superior, pero a largo plazo no tiene tanto efecto. Sin embargo, si lo combinamos con el ejercicio de fuerza, éste tiene la característica de generar músculo. Y el músculo es algo que se pierde con la edad. El músculo es un tejido que en reposo tiene un gasto calórico muy superior al del tejido graso. Entonces, si aumentamos el componente muscular, cuando estamos en el sofá tendremos mucho más gasto calórico basal. Además de que va a generar muchísimo la circulación, porque la generación de músculo crea mucha tonicidad venosa y arterial. Lo más sabio es hacer una combinación de ambos ejercicios, el cardiovascular y el de fuerza.

A.P. Vamos a la eterna cuestión. Vacuumterapia, radiofrecuencia, ondas de choque, crioterapia, cavitación… ¿Qué tipo de tratamientos estéticos hay para tratarla y en qué casos es más adecuado uno que otro? Aunque bajo mi punto de vista profesional, el diagnóstico es importante, pero ¿a modo general qué es más eficaz?

L.H. Estoy de acuerdo con esto que acabas de decir. Lo más importante es ponerse en manos de un profesional que haga un buen diagnóstico y que sepa variar el tratamiento conforme va evolucionando la condición que tengamos. Todas estas tecnologías que acabas de citar tienen niveles de evidencia altos. La vacuumterapia, por ejemplo, y las terapias mecánicas de masajes manuales han demostrado tener un efecto muy importante sobre la mejora circulatoria. Y esto ya sabemos que es la base del problema.

A.P. Deberíamos incorporarla a nuestro programa de tratamiento.

L.H. Sin duda. Después estarían las terapias que se basan en la hipertermia, es decir, la generación de calor en estas capas concretas. Un calor muy superior al fisiológico; si nosotros tenemos una temperatura de 36º, sería subir la temperatura a 41º o 42º, por ejemplo. Serían láser lipolítico o radiofrecuencia. Con esto vamos a conseguir trabajar la reducción de grasa, la lipólisis, y también las fibras, mejorando la circulación. Estas dos terapias han demostrado tener muy buenos efectos sobre el tratamiento de la celulitis. 

Y por último, tendríamos las llamadas energías mecánicas, que serían las ondas de choque y la cavitación. Y aquí paro con las ondas de choques, ya que es la terapia estrella para tratar la celulitis. Porque además de tener pocos efectos secundarios, tiene unos efectos sobre la destrucción de la rigidez de las fibras, estas columnas de la mezquita, y las flexibiliza. También ayuda a descargar los lipocitos, o sea va a favorecer mucho la lipólisis. Y aumenta mucho la neovascularización, que es la generación de pequeños vasos sanguíneos que van a alimentar el tejido y a retirar los desechos. Es muy global el tratamiento que  hace la onda de choque. Pero sin duda, opinamos, escuchamos a la profesional y vamos variando el diagnóstico utilizando todas las herramientas que tenemos en nuestro haber. 

A.P. Se trata de un problema multifactorial y hay que tratarlo desde diferentes aspectos. En la medida de lo posible, es importante combinar y sobre todo ir viendo cómo va evolucionando la celulitis a lo largo del tiempo y de las sesiones.

Y respecto a los tratamientos técnicos y quirúrgicos. ¿Son definitivos? Porque hay veces que el cliente tiene dudas y plantea pasar por el quirófano, y es muy lícito. ¿Qué garantías ofrece este tratamiento?

L.H. Bueno, pues lo cierto es que todos los tratamientos quirúrgicos que claman tener un efecto sobre la celulitis serían las lipoesculturas, las inyecciones de polímeros para disimular el problema. Y por último la subcisión quirúrgica, que sería literalmente entrar con una cánula a acortar las columnas, los septos fibrópticos. De estos tres, uno se trata simplemente de corregir, y el de las inyecciones tiene un problema, y es que se utilizan los biopolímeros para rellenar huequitos, los hoyuelos, y luego se reabsorben o que no se colocan en el lugar adecuado. Es simplemente un parche, no soluciona el problema.

La subcisión de las columnas tiene el problema que tiene un tiempo de recuperación, ya que se genera un edema, un hematoma. Aunque sí tiene buenos resultados.

Y por último, las lipoesculturas o liposucciones, en realidad no corrigen el problema. Es verdad que retiran mucha de la grasa, pero no corrigen el problema, que es la alteración de la estructura del tejido. No es lo más adecuado para la celulitis. Personalmente pienso que los métodos no invasivos que acabamos de citar son más adecuados para el problema, ya que son más a largo plazo, no tienen grandes efectos secundarios y han demostrado tener muy buenos resultados.

A.P. Por otra parte, la gran mayoría de las marcas incluyen la formulación de cosméticos anticelulíticos. ¿Es realmente eficaz este tipo de productos? ¿Qué activos deben tener en su fórmula para poder obtener resultados significativos?

L.H. Empiezo con la eficacia. La eficacia de la cosmética anticelulítica está demostrada. Tiene nivel de evidencia científico. Están demostrado algunos principios: por ejemplo, casi toda la cosmética anticelulítica tiene cafeína, que es un inhibidor de la generación de grasa, y tiene L-Carnitina, que es para gastarla. Es la que lleva la grasa a las mitocondrias para que se queme. Si nos damos cuenta, siempre se clama sobre las cremas anticelulíticas que trabajen sobre la grasa, su destrucción y la no acumulación de grasa. Pero tenemos que mirar un poco más allá y seleccionar aquellos cosméticos que en su formulación incluyan principios activos que mejoren la circulación y que mejoren la estructura de la dermis. Siempre fijarnos en los tres elementos: la grasa, las fibras y la circulación. Busquemos estos elementos y encontraremos al ganador. 

A.P. Así, también la forma de aplicación del cosmético es importante, tanto como su caliadd. ¿Cómo nos recomiendas que nos lo pongamos?

L.H. Pues como nos marcaría la lógica. Una de las cosas importantes que tiene la aplicación de cosméticos es el propio masaje mecánico que realizamos sobre las piernas, los brazos y el abdomen. Los movimentos siempre serían ascendentes y con cierta firmeza, imitando el retorno linfático, es decir, hacia el centro del cuerpo. En movimientos circulares y firmes. Es importante que dediquemos un tiempo a la aplicación del cosmético para que saquemos la máxima eficacia.

A.P. Leticia, creo que hemos tratado alimentación, ejercicio, hábitos de vida, factores que influyen en su aparición, cuál es el mejor tratamiento… De una manera muy fácil y muy amena. Espero que hayas estado a gusto, para mí ha sido un lujo escucharte. Espero que también para mis oyentes. Y aquí te emplazo para contar contigo, aunque te pongo en un compromiso, pero…

L.H. Por supuesto. Estoy encantada de estar aquí contigo y con los oyentes.

A.P. Muchísimas gracias, Leticia.

L.H. Gracias.

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